Tres canciones (Soprano y guitarra)

tres-canciones-emilio-calandin-editorial-piles-2-sopranoDatos de la obra

Título y partes de la obra: Tres Canciones: Remansillo; Poema I; Poema II
Año de composición: 1989
Duración: 5´
Plantilla: Soprano y guitarra

Datos de estreno

Sala: Conservatorio de Valencia (San Estéban)
Municipio/Provincia o País: Valencia
Fecha: 23 de marzo de 1991
Festival o ciclo: Ciclo «Amigos de la guitarra»
Encargada por:
Dedicatoria:
Intérpretes: Mª José Martos y José Luis Ruiz del Puerto
Editorial:
Grabación: «Canciones para voz y guitarra»; Gloria Fabuel (soprano) y José Luis Ruiz del Puerto (guitarra); Colección Siglo XX; EGT 617 CD.

Editorial Piles: Comprar Partitura de «Tres canciones» (Soprano y guitarra)

Presentación

Realidad, sueño, más allá; tres estadios que generan un sin fin de preguntas y dudas, y que a mí me han servido para realizar este pequeño tríptico, en el que, usando como hilo conductor el «amor» (entiéndase éste en su más amplia acepción) he intentado plasmar las fases por las que debe transcurrirse, subjetivamente hablando, hasta la consecución de un «estadio puro», (sin afirmar ni negar su existencia).

Podríamos considerar tres obras independientes, aunque en realidad las tres forman un todo debiéndose interpretar dejando entre una y otra el tiempo únicamente necesario para la preparación de la siguiente.

La música, tanto formal como expresivamente, va sufriendo una constante transformación hasta alcanzar el punto deseado de «transmutación de lo real» (en la 3ª Canción) aunque paradójicamente el punto de llegada sea casi el mismo que el de partida (con las normales variaciones producidas por el paso del tiempo).

Si en la 1ª Canción aparece una estructura fácilmente reconocible (un lied) cada vez va siendo más dificultoso el encontrar una forma extrínseca, aunque se puedan encontrar elementos estabilizadores. Uno de ellos es la nota Re a la que podríamos denominar «eje» alrededor del cual gira el tríptico, y si el primer acorde de la 1ª canción es un Re (Re, Fa, La) no muy lejano a él está el último de la 3ª Canción (aunque obtenido con un efecto tímbrico).

La música, que en la 1ª Canción, es totalmente metricada, tiende, poco a poco, a un fluir casi independiente de las líneas, aun habiendo siempre puntos de coincidencia entre los dos intérpretes. Podríamos definirlo como la conversación de una «libertad respetuosa», o lo que técnicamente se ha definido como «aleatoriedad controlada».

En definitiva, este tríptico es la confluencia de unos planteamientos, efectos y defectos, en un intento de transmitir unas realidades, unos sueños y unas dudas.

Emilio Calandín
Valencia, XI, 1988